En el mundo del deporte, la resiliencia y la determinación son fundamentales para alcanzar el éxito. En el segundo episodio del podcast Buena Energía, tuvimos el privilegio de hablar con Álvaro Vázquez, un destacado jugador de bádminton que ha enfrentado desafíos significativos en su carrera, desde lesiones hasta la búsqueda de sus objetivos olímpicos. A lo largo de esta conversación, Álvaro compartió su historia personal y profesional, revelando su pasión por el bádminton y su visión de la vida.
El Inicio de una Pasión
Álvaro comenzó su carrera deportiva de muy pequeño, descubriendo su amor por el bádminton en un entorno familiar ya que su hermano mayor también lo practicaba. Desde sus primeros pasos en la cancha, demostró un talento natural y una dedicación que lo llevarían a competir a niveles cada vez más altos. Con el tiempo, se unió a la selección española de bádminton y comenzó a participar en competiciones nacionales e internacionales.
La conversación con Álvaro comenzó con un recuerdo nostálgico de sus primeros años en el bádminton, donde mencionó la influencia de su familia y entrenadores. A lo largo de su trayectoria, Álvaro ha tenido el privilegio de aprender de grandes figuras del deporte y ha podido entrenar junto a otros talentos emergentes. Esta mezcla de experiencias ha moldeado no solo su estilo de juego, sino también su mentalidad.
Desafíos y Lesiones
Sin embargo, la vida de un deportista no siempre es un camino recto. Álvaro compartió los momentos difíciles que ha enfrentado debido a las lesiones, una parte inevitable de la vida de un atleta. En particular, recordó una grave lesión abdominal que sufrió en octubre de 2021, justo después de haber superado una complicada etapa de recuperación tras haber contraído COVID-19. Esta situación fue un verdadero reto, ya que la recuperación no solo fue física, sino también mental.
La miocarditis que sufrió como consecuencia del COVID-19 fue un golpe duro. «Estuve sin jugar como dos o tres meses por eso», relató. Regresar a la competición después de una pausa tan prolongada resultó ser complicado, y la presión mental de temer una nueva lesión lo llevó a jugar con una sensación de inseguridad. «No quería volver a parar, así que seguí jugando», confesó.
Finalmente, tras un esfuerzo y determinación titánicos, Álvaro se vio obligado a detenerse nuevamente cuando la lesión se agravó. El diagnóstico fue claro: cinco centímetros de desgarro abdominal. Este momento de parón fue crucial para su recuperación, aunque representó un reto emocional significativo.
Superando las Dificultades
A lo largo de nuestra charla, se hizo evidente que la mentalidad de Álvaro ha sido clave para su recuperación. A pesar de las dificultades, ha trabajado para superar sus miedos y recuperar la confianza en sí mismo. «Ahora estoy bien físicamente, pero fue un proceso lento», explicó, refiriéndose a los meses de rehabilitación y adaptación a un nuevo enfoque en su entrenamiento.
El diálogo se centró en la importancia de mantener una mentalidad positiva frente a la adversidad. Álvaro comentó que la confianza es un componente crucial para cualquier deportista, y que ha aprendido a gestionar sus emociones y reacciones en la cancha. «Mentalmente, yo creo que es lo más importante. Si eres mejor mentalmente que el otro, puedes gestionar mejor las situaciones difíciles», compartió, resaltando la importancia de la fortaleza mental en el deporte.
Visión hacia el Futuro
Uno de los temas más destacados de nuestra conversación fue la ambición de Álvaro de clasificar para los Juegos Olímpicos de 2028 en Los Ángeles. Este objetivo lo motiva a seguir mejorando y esforzándose cada día. «Para ir a unos Juegos, tienes que estar entre los 80 mejores del mundo y ser el primero de tu país», afirmó con determinación. Álvaro reconoce que la competencia es feroz, pero no se deja intimidar. De hecho, se inspira en otros deportistas que han logrado mantenerse en la élite durante años.
La mención de Pablo Abián, quien ha competido en cinco Juegos Olímpicos, fue un punto de inflexión en la conversación. Álvaro ve en él un ejemplo a seguir, alguien que ha demostrado que con dedicación y disciplina, es posible mantener un nivel alto de rendimiento durante muchos años.
Aprendiendo enseñando
Además de ser un competidor, Álvaro también comparte su pasión por el bádminton con la próxima generación de atletas. Actualmente, entrena a jóvenes jugadores, lo que le ha permitido reflexionar sobre su propio proceso de aprendizaje. «Me ha ayudado mucho a ver cómo aprenden los demás», comentó, enfatizando la importancia de una enseñanza estructurada y basada en objetivos.
Álvaro subrayó que el aprendizaje debe ser proactivo: «Si haces un ejercicio sin un objetivo, no es lo mismo que si tienes algo específico en mente». Esta filosofía se traduce en su enfoque como entrenador, donde busca motivar a sus alumnos a mejorar constantemente, no solo en técnica, sino también en su mentalidad.
La Importancia de la Disciplina
La conversación también se desvió hacia la importancia de la disciplina en el deporte. Álvaro mencionó que, aunque muchos jóvenes tienen un gran talento, el éxito a menudo se reduce a la ética de trabajo y la disciplina personal. «Siempre hay jugadores que, aunque tengan talento, no llegan lejos porque no son disciplinados», observó.
Su visión del éxito implica una combinación de talento, disciplina y la capacidad de aprender de los fracasos. «Siempre tienes que mirar el lado proactivo de las cosas», enfatizó, un recordatorio de que cada error es una oportunidad para mejorar.
La Conexión con el Bádminton y el Juego
El bádminton ha sido una parte fundamental de la vida de Álvaro, y su amor por el deporte es contagioso. Durante la entrevista, compartió algunas anécdotas divertidas y momentos significativos que ha vivido en la cancha. Su estilo de juego está caracterizado por una ética de lucha constante y una resistencia admirable.
A lo largo de la conversación, se notó su deseo de no solo competir, sino también de disfrutar del juego. «Si te diviertes, todo es más fácil», afirmó, destacando la importancia de mantener la pasión viva incluso en los momentos de presión. Esta actitud positiva se refleja en su enfoque tanto dentro como fuera de la cancha.
A medida que Álvaro se prepara para su próximo desafío en el camino hacia los Juegos Olímpicos de 2028, es evidente que seguirá trabajando duro, no solo por su propio éxito, sino también para inspirar a otros a perseguir sus sueños.
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